Porque
no tengo garantías de que la palabra y cualquier acción estén libres de
intención. Me duele el alma y tengo el corazón en un puño por cuanto percibo sucede
e intuyo, de quienes estando en posición de dominio deciden y actúan con mayor conocimiento
y medios, perjudicando a la inmensa mayoría. Me duele el alma y la congoja me
nubla interpretar, comprender y razonar porque las cosas se anteponen a los
Seres Humanos. Me duele el alma porque percibo y siento mucho sufrimiento injusto.
Me duele el alma, porque quienes libremente han elegido la obligación y la
responsabilidad del bien común de todos los ciudadanos de un país y una
comunidad, no parece que les importe que los Seres Humanos suframos penalidades
y estemos en inferioridad de condiciones. Me duele el alma, por percibir el
egoísmo sin límite de quienes debieran dar ejemplo a salvo de cualquier duda. Me
duele el alma, porque he perdido la confianza en poder disfrutar de una vida en
armonía y equilibrio sin discriminación alguna. Me duele el alma, porque cuanto
es esencial carece de importancia. Me duele el alma, por toda la injusticia que
corroe la esencia de la Humanidad. Me duele el alma, por las falsas verdades y
la manipulación de quienes están en posición de dominio de decidir y actuar. Me
duele el alma, porque la vida se oscurece en lugar de resplandecer. Me duele el alma porque ya no sé qué hacer para evitar hacer mal a mí mismo o a cualquiera. ¡¡Me duele
el alma!!
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