Tal parece que algo se nos escapa de esta grave situación de crisis, que impide alcanzar el espejismo de la defensa de la libertad, la justicia y los derechos humanos. Si pensamos que se necesitaron más de 6 años para conciliar la redacción y aprobación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, ¿Qué y cuánto podemos esperar en su aplicación esencial en todo el mundo, con las diferentes posibilidades de interpretación según qué cultura, dogma o ideología?. Seguramente se necesitará que pase al menos 1 generación más.
Mientras se encuentran mejores soluciones a los problemas actuales, es responsabilidad de los gobernantes y dirigentes, reducir al máximo la miseria y angustia de los ciudadanos, asumiendo la incertidumbre de lo demás.
Posiblemente lo mejor sería proponer una acción coordinada por parte de los gobernantes y dirigentes, para recapitalizar a los ciudadanos conforme a un presupuesto reglado, para las necesidades de consumo esencial, inclusive la aportación fiscal para necesidades sociales, mediante el depósito que corresponda en los bancos, ayudando a todos para restablecer el flujo dinerario al sistema productivo, generando empleo y consumo equilibrado.
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