Parece que el relevo y transición a la generación digital son inminentes. Nuestros miedos son los últimos estertores de una generación analógica que se resiste a abandonar el apego a la tierra y a lo próximo conocido. Casi todo cuanto nos rodea, incluso nuestra percepciones y conocimientos se basan en lo analógico y la estructura piramidal. Desde el ámbito familiar hasta el sistema económico social, las pirámides sostienen en precario el modelo caducado, de ahí, el tsunami informativo contradictorio y las sucesivas crisis.
Un nuevo modelo de organización social, ilumina el camino de la humanidad y, en cualquier momento será bien visible para todos, parecido a como cuando apareció la electricidad. La generación digital ya está conviviendo realizando una labor horizontal muy importante, en la dirección de que cada cual disponga de la posibilidad de creer en sí mismo y, de que pueda hacer algo valioso de utilidad con sus propias manos y esfuerzo, para cambiar a un mundo mejor colaborando solidariamente.
La mentalidad y el comportamiento de la inmensa mayoría de personas se adaptarán a diferente ritmo y velocidad al nuevo contexto, se aprovechará casi todo cuanto disponemos y se utilizarán eficientemente los medios y recursos, desapareciendo el dinero físico y con él, casi todos los males implícitos y del comportamiento egoísta.
Naturalmente, para las multitudes desamparadas de la brecha digital, habrá de establecerse alternativas viables de asistencia e integración social, preservando lo esencial de las necesidades básicas y una mejor asistencia y cobertura social.
Sin duda alguna, nos queda mucho camino que recorrer todos juntos para resolver los problemas de convivencia y salir de este limbo en el que estamos, pero la inercia de la vida guía el rumbo de los seres humanos a perseverar su existencia, pues los límites están en el conocimiento y no en la ignorancia.
No mires, observa, sería la consigna. Está ahí delante, esperando a ser descubierto, aunque lo esencial es, que recuperemos el creer en nosotros mismos para empezar y seguir progresando.
Dedicado a Lambda, Ciro, Brisa, ledle, Mark y a todas las demás personas de bien anónimas y, con nombres y apellidos.
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