Los recientes acontecimientos de Japón con las graves consecuencias en vidas humanas y de salud mundial, además de seguridad y económicas, aunado a las revueltas de ciudadanos en diferentes países, entre otras situaciones crecientes de inquietudes e incertidumbres en el resto de naciones, evidencian las dificultades y carencias del sistema actual socio económico y modelo productivo.
Una de las causas de los problemas es que, están caducados y obsoletos la mayoría de los postulados de prestigiosos economistas de diferentes escuelas que sirven de base del actual sistema económico, entre los que se encuentra el de Adam Smith sobre las diferencias del trabajo improductivo y el productivo como tal, siendo el productivo el único que genera riqueza.
Posiblemente, el término correcto sea el de ocupación activa, que sería el que de verdad genera el progreso y la riqueza de un país, realizando todo tipo de actividades para el sostenimiento equilibrado que proceda, a saber; el mal llamado trabajo productivo directo; la dedicación en formación y permanente actualización o renovación de los conocimientos adquiridos, (no sólo los de preferencias y habilidades personales); actividades en bien de la sociedad y la propia dedicación de esparcimiento personal.
El nuevo modelo productivo respetaría y promovería la libre elección y libertades de las personas de acuerdo a las posibilidades de sus preferencias y habilidades, para obtener el máximo de reconocimiento y progreso para sí mismo y para los demás, sustituyendo así, al actual sistema que idealiza el beneficio y acumulación dineraria y material, que fomenta el consumo innecesario, el excedente de medios y el agotamiento de recursos.
La riqueza de un país se genera a partir de lo que somos capaces de aprender y progresar, aunando el conocimiento y el esfuerzo conjunto e individual en diferentes grupos de personas, interconectados por el intercambio y compartiendo conocimientos, el consumo útil de bienes, productos y servicios, procurando la plena ocupación para uno mismo y los demás, optimizando los recursos y las materias primas, reduciendo o eliminando el desperdicio, la infrautilización, el derroche o el mal uso de los medios, bienes y productos, además de la pérdida de tiempo de la única y corta vida que disponen las personas.
http://lacomunidad.elpais.com/montejb/posts
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