La economía en su conjunto sigue convulsa e inestable en casi todas las localizaciones y aspectos económicos y sociales.
En los aspectos que sufren directamente los ciudadanos, el empleo, día a día la resistencia a estabilizar el suelo del fondo se resiste, y un más que goteo incesante se añade a la bolsa de desempleados y familias en precario en casi todo el mundo. Aquí en España, cuando no se alude a causas de estacionalidad, se añaden la baja cualificación de la mano de obra de uso intensivo en los sectores que corresponda, añadidas a las confusas disertaciones de deficiencias del modelo de contratación tanto de los fijos como de los temporales, sin perder de vista los costes sociales y despido, así como las causas de rescisión y Ere´s.
Independiente de las modalidades de contratación, subvenciones y ayudas, e idiosincrasia y particularidades locales de las causas que motivan y generan el empleo, nadie expone la causa única del mal implícito económico a los males del sistema, a saber, las estrecheces y miseria de la dictadura y sometimiento al dinero como causa y responsable inicial y casi única.
La cuestión primordial es, que sin ingresos no hay consumo, sin consumo no hay producción, ni empleo y así seguido en orden preferencia y gusto de cada cual. Cuando se decida por quienes corresponda, que se disponga del dinero libremente como bien universal, disponible para todos los ciudadanos, como medio e instrumento de intercambio renovable y equitativo, actuando siempre en equilibrio con el entorno para las necesidades humanas, de modo que no sobren, falten o infrautilicen cuanto se produzca y necesite en calidad y bienestar general.
Así podemos empezar a progresar y es posible un mundo de abundancia en bien e interés de la humanidad, empezando a salir de la crisis y en casi de todos los demás problemas relacionados. Por tanto la única limitación atribuible al dinero debe de ser la libre disponibilidad en equilibrio de las cosas y las personas con los medios de producción y el entorno.
Cuando se empiecen a dar los pasos necesarios en esta dirección, entonces, sólo entonces, podremos empezar a creer en la firme y sincera intención y voluntad de nuestros gobernantes y dirigentes. Mientras, seguiremos sufriendo las convulsiones de un modelo y sistema obsoleto con grave riesgo de pérdida de equilibrio existencial y peligro de ruptura social.
En los aspectos que sufren directamente los ciudadanos, el empleo, día a día la resistencia a estabilizar el suelo del fondo se resiste, y un más que goteo incesante se añade a la bolsa de desempleados y familias en precario en casi todo el mundo. Aquí en España, cuando no se alude a causas de estacionalidad, se añaden la baja cualificación de la mano de obra de uso intensivo en los sectores que corresponda, añadidas a las confusas disertaciones de deficiencias del modelo de contratación tanto de los fijos como de los temporales, sin perder de vista los costes sociales y despido, así como las causas de rescisión y Ere´s.
Independiente de las modalidades de contratación, subvenciones y ayudas, e idiosincrasia y particularidades locales de las causas que motivan y generan el empleo, nadie expone la causa única del mal implícito económico a los males del sistema, a saber, las estrecheces y miseria de la dictadura y sometimiento al dinero como causa y responsable inicial y casi única.
La cuestión primordial es, que sin ingresos no hay consumo, sin consumo no hay producción, ni empleo y así seguido en orden preferencia y gusto de cada cual. Cuando se decida por quienes corresponda, que se disponga del dinero libremente como bien universal, disponible para todos los ciudadanos, como medio e instrumento de intercambio renovable y equitativo, actuando siempre en equilibrio con el entorno para las necesidades humanas, de modo que no sobren, falten o infrautilicen cuanto se produzca y necesite en calidad y bienestar general.
Así podemos empezar a progresar y es posible un mundo de abundancia en bien e interés de la humanidad, empezando a salir de la crisis y en casi de todos los demás problemas relacionados. Por tanto la única limitación atribuible al dinero debe de ser la libre disponibilidad en equilibrio de las cosas y las personas con los medios de producción y el entorno.
Cuando se empiecen a dar los pasos necesarios en esta dirección, entonces, sólo entonces, podremos empezar a creer en la firme y sincera intención y voluntad de nuestros gobernantes y dirigentes. Mientras, seguiremos sufriendo las convulsiones de un modelo y sistema obsoleto con grave riesgo de pérdida de equilibrio existencial y peligro de ruptura social.
No hay comentarios:
Publicar un comentario