Cuándo veremos el bosque…

Al menos se necesitarán 4 a 6 cumbres del G-20 ampliado a G-28 o G-30, para estar seguros de las intenciones de la mayoría de los dirigentes y a la vista de la evolución de los acontecimientos económicos, conflictos, energías, materias primas y el clima a nivel global.

De momento se trata de articular el sistema financiero, la supervisión, instrumentos y seguimiento de las tensiones, coordinando en cierta manera el seguimiento de las macros sin entrar en detalle a grandes rasgos en los diferentes sectores y localizaciones.

Se piensa que las ingentes cantidades de dinero inyectado al sistema financiero en primer orden, (más de 8 billones de euros entre directos e indirectos), y la paulatina activación de los mercados emergentes y el efecto arrastre será suficiente para en uno a dos años empezar a ver resultados suficientes.

Sustancialmente hay 3 cuestiones a tratar, dejando al margen el modelo existente, remendado en precario a toda velocidad a trozos con diferentes técnicas sin una teoría única global cierta que lo sustente.

En primer lugar se necesita saber con certeza el umbral de necesidades financieras que se necesitan en todos los ámbitos para cubrir las necesidades de la población en armonía y equilibrio con los medios y recursos disponibles en la actualidad. En segundo lugar se necesita conocer con anticipación las tensiones económicas que van a aparecer y cuándo a consecuencia de las medidas extraordinarias tomadas hasta hoy. Y en tercer lugar de qué medios se dispone y cómo para enfrentarnos a las diferentes tensiones que seguro aparecerán más pronto que tarde.

Parece razonable, que empezaremos a ver el bosque cuando el G-28 decida con carácter permanente constituir un consejo o grupo al máximo nivel de 5 o 6 países rotatorios por relevos quincenales, que previa consulta con los demás preparen para formalizar en convocatoria general y decidir cuanto sea necesario en bien e interés general.

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