domingo, 17 de mayo de 2009

Ministerio Civil Independiente (Avance Modelando el Presente)

El País publica un artículo muy interesante de J. P. VELÁZQUEZ-GAZTELU, Es la hora del cambio, vale, ¿pero cómo?, entre otros muchos publicados desde hace 9 meses al respecto de la actual situación.

Sin duda, el momento es muy serio y no está para bromas, no obstante quisiera señalar, en tono distendido y relajado, que es bien difícil, estar en misa y repicando las campanas. Obviamente sin condicionante de creencia.

La inercia del día a día deja poco espacio para dedicarse a resolver los grabes problemas sobrevenidos, pues obviamente, la ocupación habitual es, la de hacer y realizar el trabajo de gestión, y si se quiere, acaso resolver las contingencias habituales que cualquier actividad lleva parejas.

Desde luego, no se pueden resolver en la gestión diaria habitual, la situación excepcional que en estos momentos vivimos.

Pero es que además, hay un aspecto que no se menciona, la excepcionalidad del momento requiere del conocimiento y la preparación de diferentes personas y herramientas de gestión adecuadas para intentar resolver los diferentes problemas.

Dejando al margen, el que está atendiendo problemas judiciales, económicos, o cualquier otro, requiere de excesivas energías, que en modo alguno dejan tiempo o espacio, para la verdadera tarea encomendada en la gestión política, empresarial, o que cada cual mejor piense.

Si a esto añadimos, la simple evaporación de las reglas de juego del modelo que teníamos existente, divergencias las que se quieran, discusiones ideológicas de todo signo, y la aparición constante de diferentes fuegos, convendremos que no disponemos ni de la voz y de los medios adecuados que puedan estar trabajando en la búsqueda de soluciones a los problemas actuales.

La integración, coexistencia, armonía y el progreso social, necesitan ser oídos independientemente, al margen de condicionantes de idearios y de cualquier otro signo, exceptuando, los que por la propia naturaleza nos puedan sobrevenir y imprevisiblemente.

Esto nos lleva, a que necesitamos un Ministerio Civil Independiente, que sería la voz de todos, que permitiría la integración, coexistencia, armonía y el progreso de todos, con el mínimo de condicionantes posibles.

En este nuevo ministerio, posiblemente, deberían de integrarse el defensor del pueblo, el defensor del consumidor, el defensor del telespectador, el defensor del lector, el defensor de la infancia, el defensor de la mujer, el defensor del inmigrante, el defensor de la justicia, el defensor de los empresarios, el defensor de los trabajadores, y cualquier otro defensor que sea conveniente y necesario de los no citados. También se podría integrar un tribunal de arbitraje, que más que para atender cuestiones individuales, serviría para armonizar las discrepancias entre los diferentes sectores y colectivos de actores sociales.

Con el tiempo, cuando la labor de este nuevo ministerio empezara a consolidarse y a obtener resultados, podría servir como instrumento de la sociedad civil para interactuar entre los diferentes actores sociales y prever anticipadamente los posibles conflictos, anticipándose en la resolución de los posibles problemas.

Resulta cuanto menos curioso, que desde que se iniciaron los problemas socio-económicos, los diferentes colectivos profesionales, empresariales, políticos, y ciudadanos particulares, nadie haya apuntado la necesidad de este ministerio civil independiente aglutinador de la sociedad.

El ser humano es lo único esencial, si hacemos con voluntad, inteligencia y buena armonía, cuanto sea necesario por el bien universal, estaremos iniciando las bases de una sociedad moderna, en caso contrario, de no actuar, de nada servirá que se salven los bancos, las fábricas, los empleos, los comercios, en definitiva las cosas, si resulta, que al final la miseria y el drama humano nos lleva al caos.

Nadie vendrá en nuestra ayuda, en la ayuda de todos, ni el Sr Obama, ni nadie, pues aun siendo en parte cierto, que parte del problema es global, solo lo es en parte económica que corresponda, pero en el aspecto esencial del Ser Humano, somos nosotros los que tenemos que buscar las soluciones.

Sólo espero, que esta propuesta la adopten como propia todos aquellos ciudadanos y ciudadanas de cualquier pensamiento escuela e ideario, que ha bien tengan, con la única finalidad de actuar en la búsqueda de soluciones en lo que verdaderamente tiene importancia y es, nosotros, todos nosotros sin ninguna exclusión, el Ser Humano.

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