domingo, 10 de mayo de 2009

Las Élites Académicas y otros (Avance Modelando el presente)


Desde el libre ejercicio e impulso de mi entendimiento y comprensión, agregado del conocimiento de otros miles de personas, puedo afirmar, que bien pocos son los pilares esenciales de la condición del ser Humano.

Siempre aproximado, condicionado a la esencia y caducidad en el tiempo, y casi libre, de al menos de una de las debilidades y pasiones, la vanidad, la arrogancia y la consecuente apropiación del discurso condicionado con la aureola social y el boato académico, pareciendo ser propio y único ombligo del conocimiento y discurso, que se quiera y pretenda, sin siquiera reconocer, la existencia de casi todo lo demás que se ignora, siendo el casi, únicamente cuanto de cierto sabemos y conocemos.

Sin embargo, se puede afirmar, el gran merito y aporte al progreso del mundo de los libres pensadores y académicos, sin los cuales, no podríamos desde esta y otras muchas tribunas, reconocer, al igual que la religión cuestionada, que durante mucho tiempo, supuso la quema en la hoguera de los pioneros del actual conocimiento y progreso.

De estos lares, asoman las cenizas como antaño. Las piras de hogueras están en todas partes, asimilable a las de tiempos no tan lejanos, que hoy vemos y apuntamos con el dedo acusador de su actuación divina en nombre de un desconocido ser supremo.

Afortunadamente, a pesar de cuanto discurre alrededor, aquí estamos y podemos mirar, entender y aproximarnos a dónde, cómo y por qué hemos llegado.

De momento, ya no son otros, los que de vez en cuando, levantaban en razón y mandato divino, la hoguera que quemaban a quien se atreviera mentar, siquiera de pensamiento, cualquier discurso que atentara a la estabilidad del dogma y el poder dominante.

El magro conocimiento y la incorporación de cacharrería, fue desplazando inexorablemente en el tiempo, al conocimiento y dominio divino, dejando paso al mayor conocimiento especializado, discurso retórico condicionado y ejercicio dominante de clanes.

Aparentemente, cualquiera vive hoy en mejores condiciones de bienestar y calidad de vida que cualquiera de los reyes pasados en la historia.

Disponemos de libertad de pensamiento, acceso al conocimiento, iniciativa, limitada capacidad de actuación y multitud de artilugios que nos facilitan la existencia diaria a una gran mayoría. Obviamente, se dispone sin límite, incluso sobran, alimentos, viviendas, sanidad y tecnología diversa que permite transformar cualquier materia prima y producir cuanto necesitemos en utilidad.

Hasta aquí, aproximado, todo bien y en su sitio, pero, ahora resulta, que a tenor del llamado progreso y del mejor conocimiento y aprovechamiento privilegiado de los clanes dominantes, estamos rodeados y atrincherados en servidumbres condicionadas, y cada uno de nosotros individualmente y agregados en multitud de diferentes grupos, somos las propias víctimas que alimentan las hogueras para deleite y entretenimiento de las élites que desde una posición de observación privilegiada dicen hacer cuanto pueden, omitiendo cuanto saben que ignoran y ajustando y pulsando la acción según los acontecimientos y estado de ánimo de la desconcertada masa, según proceda, a la idiosincrasia de las diferentes localizaciones.

Esta situación por sí misma, supone un gran tragedia humana de profundo calado y consecuencias imprevisibles, no solo por lo sufrimientos que conllevan, sino porque nos sentimos huérfanos, presos de nuestras propias y ajenas limitaciones y servidumbres sobrevenidas, habiendo perdido uno de los pilares básicos y esenciales del ser humano, la confianza en nuestros semejantes, en especial, en cuantos suponíamos que hacían en bien del progreso de la humanidad; clanes políticos, dirigentes sociales y élites académicas y expertos en general de cualquier disciplina, ideario o dogma.

No obstante, necesariamente, debemos y tenemos el deber de tener confianza en el ser humano. Multitud de “Brotes Verdes” asoman, no precisamente los que anuncian a bombo y platillo los medios por boca de sus autores, sino otros, que también se publican en lugar discreto visible, para ponerse a resguardo de cuanto pueda suceder y disponer la coartada que justifique que ya lo habían publicado, tal o cual día y número de veces.

Muchos son los brotes que riegan las nuevas semillas de la confianza y otras. Un día y otro también, aparece la noticia entre otras, de la RB, renta básica que sería una asignación monetaria incondicional para toda la población, que los inmigrantes puedan cobrar en sus países de origen si se van, la prestación de desempleo cotizada y pagada anticipadamente de sus ingresos mensuales cuando trabajaban como inmigrantes, un gobierno autonómico implanta la cobertura social con la plena ocupación mediante la complementación educativa y formativa a la producción habitual, y así, un largo jardín semillero de planteles hasta llegar a los discursos de los prestigiosos académicos, que ahora sí, ajustan y modelan su discurso, aproximando las posibles soluciones a lo esencial de los problemas.

PAUL KRUGMAN, entre otros, por fin empiezan a aterrizar en el suelo desde el limbo de las alturas y toman distancia de los condicionantes dogmáticos y demás, desvelando y confirmando lo que ya anticiparon hace más de 70 años J.M. Keynes y otros eminentes académicos, en cuanto a las paradojas de sus formulaciones, entre otras, que las bajadas de salarios destruyen empleo y riqueza. Desde otra tribuna y escenario, se apunta a la economía sin ética y otros males, y así una retahíla de cruzados, a los cuales hace al menos 30 años, me ido sumando, con multitud de dificultades, gran esfuerzo personal y firme y clara intención para el bien de los demás.

Para seguir, no está mal, estos y otros son los verdaderos brotes verdes que yo entiendo y me atrevo a comentar, desde mi humilde ventana de libre pensador, por cierto, otro de los esenciales pilares del bien universal y de los derechos humanos, que, curiosa y casualmente, un grupo de cubanos fueron sus iniciales promotores y valedores durante casi 3 largos años de negociaciones hasta aglutinar a los países firmantes de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que finalmente fue sometida a votación y aprobación muy tarde de noche, el 10 de Diciembre de 1948, por los Delegados de 56 gobiernos o países. Cuarenta y ocho (48) naciones votaron a favor y hubo ocho (8) abstenciones.

A los citados y a quién así quiera, libremente, brindo la presente con mi más entrañable y emocionado recuerdo.

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