miércoles, 27 de mayo de 2009

Desgravaciones, precios y otros (Avance Modelando el Presente)

En sentido estricto económico financiero, cualquier desgravación, subvención, deducción, ayuda o similares, atenta a la esencia y reglas económicas, además de una discriminación para los que no las reciben.

La libre iniciativa de crear una fábrica, empresa, comprar una vivienda o un vehículo, y casi todo lo demás, se rige por el principio de la disponibilidad y capacidad monetaria de los actores, inicial y en el tiempo, al margen de cualquier ayuda ajena al enunciado y esencia económica.

La perversión del sistema ha llevado a que se monten fábricas de vehículos, se construyan fincas y así un largo etc. sin los propios medios monetarios o capacidad de solvencia e ingresos en el tiempo para atender créditos, siendo cualquier ayuda, una de las causas de la actual crisis económica y las desigualdades de rentas individuales.

No obstante, puntualmente se pueden considerar cualquier modalidad de ayuda, como consecuencia extraordinaria o coyuntural temporal, (causas sobrevenidas, naturales, etc.), a condición, de que sea devuelta al otorgante una vez superada la particular situación del beneficiario, ya sea, por recuperar ingresos o beneficios de su propia e independiente actividad. Obviamente, quedarían al margen y a salvo las causa humanitarias.

En general, los precios de los bienes, productos y servicios en cualquier localización geográfica, son el resultado de la suma de costes fijos y variables implícitos y del incremento caprichoso de beneficios a los precios, al margen de la timba de la bolsa, que dicho sea de paso, es un fraude, ajeno a los principios y enunciados económicos.

Los precios deberían de servir para acercar las rentas de las personas desfavorecidas a la de las personas de rentas superiores, homologables con cierta calidad de vida, en función a la progresión y evolución económica en cada localización geográfica.

Los precios de referencia, deberían de ser el de los países de mayor progreso y PIB, y la diferencia, con los países retrasados, en los precios inferiores por ser menores los costes, se deberían de invertir en donde sea necesario, independientemente de su localización geográfica, para fomentar el progreso, el bienestar general y la equiparación homologable de rentas.

Con todo, hay un componente esencial capricho, a saber, los beneficios de los bienes, productos y servicios, que en esencia, es una apropiación indebida del esfuerzo de los demás.

Con solo actuar, en que los beneficios sean el resultado del esfuerzo del capital, la eficiencia productiva y la adecuación de la oferta a las expectativas y fidelidad de la demanda, sería el principio para empezar a solucionar el actual caos y drama humano.

Es esencial, salvaguardar en armonía, el equilibrio y respeto del medio ambiente de la oferta y la demanda en cuanto a lo que en verdad necesitan las personas civilizadas, y si se quiere de igual forma para todo lo demás. No es bueno que sobren, falten o infrautilicen las cosas, tampoco es bueno, que no se puedan vislumbrar beneficios razonables en el horizonte y que quiebren o se arruinen millones de personas, pero lo más nefasto es, el trauma moral, el drama humano y el empobrecimiento en lo esencial de las personas.

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