Cambiar de actitud y comportamiento es esencial, si queremos progresar y mejorar en el bienestar individual y colectivo, necesariamente se necesita colaborar y actuar solidariamente con los demás todos juntos.
Se necesita la formulación de un nuevo sistema socio económico equitativo, que disperse los riesgos y permita integrar e interesar a todas las partes en el sistema productivo, ahorrando en el gasto y en los recursos, con reparto del esfuerzo y el beneficio entre todos, como procedimiento que puede resolver los problemas actuales socio económicos cambiando la base educativa, la conducta, la actitud y el comportamiento implícito del caducado sistema.
El actual sistema económico social, por antonomasia, pretende y persigue per se, asegurar los beneficios dinerarios y los privilegios de las élites dominantes, excluyendo a los ciudadanos consumidores contribuyentes, que en el mejor de los casos, solo pueden disfrutar del fugaz y falso placer del consumo.
La actitud y modo de actuar de las instituciones, empresas grandes y pequeñas y, en general, el comportamiento de las personas se deben única y exclusivamente a la cultura perniciosa dominante implícita del sistema socio económico caducado, generado un círculo vicioso latente sin fin de acción reacción de apropiarse ilícitamente de lo que no es suyo para supervivir.
Así, los gobernantes y dirigentes del mundo debieran suprimir la tiranía y dictadura del dinero, de modo que se pueda disponer del mismo libremente como bien universal, por todos los ciudadanos de los respectivos países, como medio e instrumento de intercambio, para así retomar el progreso y el bienestar de los ciudadanos, generando y dispersando la riqueza, promoviendo la actividad y ocupación real con futuro, en lugar de generar incertidumbre y miseria con medidas obsoletas caducadas de un sistema económico social sin fundamento, muy pernicioso para la convivencia y supervivencia de los seres humanos inteligentes, sociables y solidarios por naturaleza en la esencia, a poco que se les ofrezca la oportunidad de así actuar en bien.
Ya va siendo hora de asumir conscientemente la individual y colectiva responsabilidad, evitando el dogma y adoctrinamiento, además de los nocivos maniqueísmos e imposición ideario cultural, a costa del sufrimiento de millones de personas en el mundo.
Naturalmente se debe de respetar la idiosincrasia cultural en armonía, y cualquier atisbo de discriminación por cualquier causa, la que sea.
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